Cualidades de un Adorador


1. Es obediente: La adoraciĂłn comienza con la obediencia, por lo tanto un adorador debe ser obediente. La primera vez que se menciona adoraciĂłn en la biblia es en GĂ©nesis 22:5.  
Abraham nos da un ejemplo, cuando Dios le dice que sacrifique a su Ăşnico hijo, Abraham dijo a sus siervos “El muchacho y yo seguiremos adelante para adorar a Dios, y luego regresaremos junto a ustedes.” Esta es la primera vez que se ve el tĂ©rmino adoraciĂłn en la Biblia. En este pasaje Abraham no sĂłlo estaba mostrando su Fe, sino tambiĂ©n su obediencia. Y vemos como se relaciona la obediencia con la adoraciĂłn. Si no hay obediencia no habrá una verdadera adoraciĂłn.
2. Es Ă­ntegro: Ă­ntegro significa que está intacto y que no ha sido tocado o alcanzado por algĂşn mal. La integridad es sinĂłnimo de honradez, honestidad, respeto por los demás, correcciĂłn, responsabilidad, control emocional, respeto por sĂ­ mismo, puntualidad, lealtad, pulcritud, disciplina. Integridad es hacer lo correcto por las razones correctas del modo correcto.  Salmos 15 1-3 dice: 1 Jehová, ¿quiĂ©n habitará en tu tabernáculo?  ¿QuiĂ©n morará en tu monte santo? 2 El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazĂłn.  3 El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prĂłjimo, Ni admite reproche alguno contra su vecino.
Para ser agradables a Dios y poder estar en su tabernáculo debemos ser íntegros.
3. Tiene Fe: En hebreos 11:6 la biblia dice que sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hallĂł, y que es galardonador de los que le buscan. Para ser un verdadero adorador, se tiene que tener fe.
4. Es humilde: Como hijos y escogidos de Dios debemos ser humildes. En colosenses 3:12 dice: Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revĂ­stanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. En Marcos 9:35  JesĂşs nos da un consejo de ser humildes, cuando les dijo a sus discĂ­pulos:  —Si alguno quiere ser el primero, que sea el Ăşltimo de todos y el servidor de todos. Y 1 Pedro 3:8 dice: En fin, vivan en armonĂ­a los unos con los otros; compartan penas y alegrĂ­as, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.
5. Vive en Santidad: Hebreos 11:14 nos dice busquemos la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Sin santidad nadie verá al señor, por lo tanto un adorador debe vivir en santidad.  
2 Timoteo 1:9 nos dice: Pues Dios nos salvĂł y nos llamĂł a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinaciĂłn y gracia. Dios nos ha llamado a vivir una vida en santidad, los verdaderos adoradores buscan ser santos, no es imposible, pues la biblia nos dice en 1 Pedro 1:16 sean santos, porque yo soy santo. AsĂ­ que un adorador debe vivir en santidad.

La Verdadera Alabanza BĂ­blica


Escrituras claves, Juan 4:23-24, Salmo 100:4, Romanos 12:1, 1ÂŞ Pedro 2:9, Hechos 13:15, Efesios 5:19-20, Colosenses 3:16-17 
IntroducciĂłn: Las palabras “alabanza” y “adoraciĂłn” cubren toda nuestra respuesta de amor y aprecio al Señor. Resumen nuestra razĂłn de vivir (IsaĂ­as 43:21; Efesios 1:6, 12, 14). DeberĂ­amos agradecer a Dios por lo que nos ha dado. DeberĂ­amos alabar a Dios por lo que ha hecho por nosotros. DeberĂ­amos adorar a Dios por quien es para nosotros.
Necesitamos siempre tener un corazón agradecido a Dios que ha hecho tanto por nosotros (Sal 100:4). De hecho, Pablo nos exhorta a regocijarnos en el Señor siempre (Filipenses 4:4). Dios nos ama, se preocupa por nosotros, y quiere que lo sepamos. Desde un corazón agradecido podemos darle gracias y adorarle en espíritu y en verdad.
 
     ¿QuĂ© es la alabanza?
·      Reconocer quiĂ©n es Dios (Salmo 104:1-35; 1ÂŞ CrĂłnicas 29:10-13).
·      Reconocer a Dios, por todo lo que ha hecho por nosotros (Salmo 25:8-10; IsaĂ­as 25:1).
·      Ensalzar a Dios (Salmo 34:3; Salmo 99:5).
·      Honrar a Dios (Deuteronomio 4:34-37).
·      Magnificar a Dios (Lucas 1:46; Hechos 10:46).
·      Maravillarse de Dios (2ÂŞ Tesalonicenses 1:10).
·      Glorificar a Dios (Apocalipsis 15:4; Salmo 29:1).
 
     ¿Por quĂ© deberĂ­amos alabar a Dios?
·      Dios es entronado en la alabanza de su pueblo (Salmo 22:3).
·      Nada puede alabar a Dios como el hombre (Salmo 30:9; Salmo 115:17-18).
·      La alabanza levanta y se regocija en los grandes Hechos de Dios tanto ahora como en el pasado (Salmo40:5; Sal 98:1; Éxodo 15:6).
·      La alabanza proclama la grandeza y majestad de Dios al mundo (Sal 66:5-8).
·      La alabanza libera la bendiciĂłn de Dios a nosotros (Salmo (67:5-7).
·      La alabanza libera el poder de Dios (Salmo 149:6-9; 2ÂŞ CrĂłnicas 20:12,22).
·      Dios creĂł al hombre para que le alabase (IsaĂ­as 43:21; Efesios 1:3-14).
·      Hemos sido instruidos para alabar a Dios (Efesios 5:18-20; Salmo 146:1; Salmo 100:4).
·      La alabanza es un sacrificio que agrada a Dios (Hechos 13:15-16; Salmo 107:21-22; 2ÂŞ
·      Samuel 24:24); no necesariamente sĂłlo nuestros labios sino todo nuestro ser (Romanos 12:1).
Dios es digno de recibir nuestra alabanza (Apocalipsis 5:9-14).

     La alabanza es un arma
La alabanza puede ser un arma contra nuestro enemigo, Satanás, porque Satanás es alĂ©rgico a la alabanza. En la guerra espiritual, no seguimos alabando y cantando sĂłlo por amor a ello, sino al contrario, deberĂ­amos sentir, por el EspĂ­ritu Santo, la Palabra de Dios en la que reposa la unciĂłn de Dios (Salmo 56:4,10-11; 2ÂŞ CrĂłnicas 20:21-22). DeberĂ­amos perseverar hasta que el poder de Dios se abra camino (Hechos 16:25). Esta clase de alabanza no es pronunciada sĂłlo silenciosamente en nuestro corazĂłn sino, más bien, ¡ha de ser oĂ­da!
 
     Siete palabras hebreas para alabanza
1.   Yadah: Alcanzar la mano, reverenciar o adorar con las manos extendidas (GĂ©nesis 29:35; 2ÂŞ CrĂłnicas 7:6; Salmo 107:8).
2.   Halal: Ser claro, hacer un espectáculo, enorgullecerse y ser necio, entusiasmarse o celebrar (1ÂŞ CrĂłnicas 23:5, 30); 2ÂŞ CrĂłnicas 20:19,21; Salmo 69:30; Salmo 150:1-6).
3.   Tehillah: De “halal” laudaciĂłn o himno de alabanza (Deuteronomio 10:21; 2ÂŞ CrĂłnicas 20:22; Salmo 100:4; Salmo 145:25) Dios es entronado en esta clase de alabanza (Salmo 22:3).
4.   Barak: Arrodillarse y, por implicaciĂłn, bendecir a Dios como acto de adoraciĂłn (Jueces 5:2).
5.  Zamar: Golpear con los dedos, tocar un instrumento acompañado por voces, por lo tanto celebrar en cántico y mĂşsica (Salmo 21:13; Salmo 57:7: Salmo 108:1).
6.   Shabach: Dirigirse o glorificar a Dios en un tono o grito alto (Salmo 63:3; Salmo 117:16; Salmo 145:4).
7   Towdah: Una extensiĂłn de la mano en adoraciĂłn; especĂ­ficamente un coro de adoradores; una confesiĂłn o sacrificio de alabanza (Salmo 100:1; JeremĂ­as 17:26; JeremĂ­as 33:11).
 
     ¿QuĂ© es la adoraciĂłn?
AdoraciĂłn: Apreciar a Dios porque El es digno (Apocalipsis 4:11; Apocalipsis 5:12). Las palabras hebreas para “adoraciĂłn” son “segad” y “shachah” y estas significan “inclinarse”. TambiĂ©n llevan en su significado la idea de una relaciĂłn entre un perro y su amo, es decir, amor, adorador. La palabra griega principal traducida como “adoraciĂłn” es “proskuneo” y significa “besar la mano; rendir homenaje o reverenciar”. La adoraciĂłn bĂ­blica tiene entonces el significado implĂ­cito de la adoraciĂłn desinteresada de un ser mayor. JesĂşs derramĂł su sangre para darnos el privilegio de adorar al Padre (Hechos 10:19-22) A travĂ©s de JesĂşs, todo creyente llega a ser un sacerdote de Dios, es decir, aquellos que presentan al pueblo de Dios a Dios, y Dios al pueblo (Apocalipsis 1:6; 1ÂŞ Pedro 2:9). Debemos poner a Dios primero en nuestra vida y la adoraciĂłn es una expresiĂłn de esto. Cuando damos a Dios en esta manera El nos acerca a sĂ­ mismo y nos coIma de bendiciones. Adorar a Dios no es sĂłlo cantar canciones. En efecto, como discĂ­pulos de JesĂşs todo lo que hacemos, es decir, nuestro trabajo, actividades de ocio, estudio, vida familiar, etc., deberĂ­a ser adoraciĂłn a Dios. La verdadera adoraciĂłn a Dios involucra dar el 100% de nuestra vida a Él; estar totalmente dispuestos y totalmente obedientes a Él. La adoraciĂłn de Dios es un estilo de vida de traer gloria a Dios.
 
     La adoraciĂłn es lo que busca el Padre
JesĂşs dijo: “Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espĂ­ritu y en verdad; porque tambiĂ©n el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es EspĂ­ritu, y los que le adoran, en EspĂ­ritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:23-24)
                Nota que este pasaje enseña cinco puntos:
1. Adoramos al Padre: Como sus hijos e hijas redimidos, le amamos porque primero El nos amĂł (1ÂŞ Juan 4:19).
2. Adoramos desde nuestro espíritu: Esto significa que debemos nacer de nuevo del Espíritu Santo si hemos de adorar a Dios aceptablemente. Nuestra adoración a Dios debería ser llevada e inspirada por el Espíritu Santo. Sólo Él sabe adorar a Dios de una manera que sea agradable al Padre (1ª Corintios 2:10-16; Juan 16:13-15).
3. Adoramos desde nuestro corazĂłn: Adoramos en verdad; desde la realidad de una vida vivida en comuniĂłn con Dios el Padre, por JesĂşs Su Hijo. La palabra griega traducida como “verdad” es “aletheia” la cual tambiĂ©n significa “realidad”. Necesitamos ofrecer nuestra más sincera adoraciĂłn a Dios con nuestra boca (Mateo 15:8-9). Necesitamos expresar la melodĂ­a en nuestro corazĂłn (Efesios 5:19) y el gozo que JesĂşs nos trae (Lucas 1:16-47).
4. Adoramos con nuestro entendimiento: Porque adoramos a un Dios que conocemos personalmente (Juan 4:22; Hechos 17:22-23; 1ÂŞ Corintios 14:15).
5. Adoramos voluntariamente: No alabamos o adoramos a Dios por iniciativa, sino porque El lo desea.

La adoración es una prioridad en el cielo. Siempre que veamos una imagen de Dios en la Biblia, vemos la adoración en desarrollo (Isaías 6:1-5; Apocalipsis 4:6-11; Ezequiel 47:1-12). La adoración da lugar al dominio de Dios y la forma de adoración o liturgia (lo que hacemos) no es la cuestión. La cuestión es si la vida de Dios está en nuestra adoración.
 
     ¿De quĂ© maneras podemos ofrecer alabanza y adoraciĂłn a Dios?
·    Con palabras (Salmo 9:1).
·    Con gritos (Salmo 95:1).
·    Con inclinaciĂłn (Salmo 95:6)
·    Con cántico (Salmo 104:33; Salmo 33:1)
·    Con baile (esto es un sĂ­mbolo de una verdad mayor, que toda nuestra vida, cuerpo, alma y espĂ­ritu, están dados al Señor en respuesta a Su amor) (Salmo 150:4; Salmo 149:3).
·    Con las manos alzadas, expresando dependencia en el Señor o victoria en el Señor (Salmo 134:2).
Con instrumentos; normalmente, aunque no siempre acompañado por cántico (Salmo 150:3-5; Salmo 98:4-6).

·    Con todo nuestro estilo de vida (Romanos 12:1; Filipenses 1:20, 1ÂŞ Corintios 6:20; Efesios 5:20; 1ÂŞ Tesalonicenses 5:16-18).
·    Cantar con el espĂ­ritu, nuestro lenguaje dado por Dios (1ÂŞ Corintios 14:15).
·   Con Salmos: Palabras cantadas de la Biblia (especialmente los Salmos). Himnos: Composiciones que especialmente ensalzan a JesĂşs como Señor. Canciones espirituales: Canciones originales, o bien preparadas o inspiradas espontáneamente por el EspĂ­ritu Santo, que expresan nuestra experiencia del Señor (Efesios 5:19-20)

5. Los propĂłsitos de la Iglesia y el ministerio


  • PropĂłsitos en cuanto a Dios (alabanza y oraciĂłn), en cuanto a la Iglesia misma (edificaciĂłn y comuniĂłn) y en cuanto al mundo (evangelizaciĂłn).
  • Todos, no importa cual sea nuestro ministerio concreto, debemos estar participando unánimemente en conseguir estos prepĂłsitos.
  • Los creyentes con algĂşn ministerio son los que tienen mayor responsabilidad ante la Iglesia, y son los que deben estar “en primera lĂ­nea” de la lucha espiritual, dando ejemplo a los demás.

4. La finalidad del Ministerio


  • La Gloria de Dios (1 Pedro 4:11)
  • La edificaciĂłn (crecimiento, madurez) de la Iglesia (1 Corintios 12:7; 14:26; Efesios 4:12).
  • Por tanto no puede haber deseos de protagonismo personal, ansias de figurar y destacar, bĂşsqueda de reconocimientos o alabanzas, ni ninguna otra cosa parecida.

3. Las actitudes necesarias en el Ministerio


  • ConsagraciĂłn total a Dios (Romanos 12:1)
  • Santidad en la vida diaria (Romanos 12:2)
  • Humildad sincera (Romanos 12:3)
  • ManifestaciĂłn de los frutos del EspĂ­ritu, especialmente el amor (1 Corintios 13).

2. Las exigencias del ministerio


  • Hechos 6:3 = “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del EspĂ­ritu Santo y de sabidurĂ­a, a quienes encarguemos de este trabajo.”
  • 1 Corintios 4:1-2 = “AsĂ­, pues, tĂ©ngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.”
  • 2 Timoteo 2:4-6 = “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomĂł por soldado. Y tambiĂ©n el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legĂ­timamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero.” (1)
  • No toda persona puede ser reconocida por la Iglesia local para realizar un determinado ministerio; es necesario tener un buen testimonio y una vida espiritual estable.
  • Esto es asĂ­, porque los que desarrollan un ministerio son ejemplos para el resto de los creyentes. Y deben ser buenos ejemplos.
  • Por tanto, Dios exige mucho mas a los que estamos desarrollando un ministerio en la Iglesia local que a cualquier otro creyente (ejemplo de los sacerdotes en LevĂ­tico 21).

1. DefiniciĂłn:

La palabra ministerio viene del latĂ­n ministerium que significa servicio, empleo, oficio. Sus componentes lĂ©xicos son: minister que significa sirviente, más el sufijo orio que significa lugar. Y la palabra ministro viene del latĂ­n minister que significa sirviente, por eso le llamamos ministros a los que sirven a Dios o a los que hacen un servicio pĂşblico. Y ministrar obviamente significa servir.
Entonces, si es asĂ­, una persona que sirve a Dios es un ministro, y si lo hace  continuamente, principalmente haciendo algo especifico, eso que hace se convierte en un ministerio, que seria, un servicio, empleo u oficio.
Muchas veces como cristianos, en las iglesias, tendemos a decir que algo que alguien hace para Dios no es un ministerio.
Por ejemplo:
Si una persona limpia la iglesia, o una persona ayuda a los necesitados, o es ujier en la iglesia, o danza o canta en la iglesia, de continuo, ¿No significa esto que esa persona esta sirviendo? pues si, esa persona es un ministro, es un servidor, porque sirve a Dios y a la iglesia.
Tener un ministerio no se trata de reconocimiento pĂşblico, se trata de servir a Dios, y ayudar a los demás a hacerlo tambiĂ©n. Dice Efesios 6:6 ¨No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazĂłn haciendo la voluntad de Dios¨.
Esto quiere decir que debemos servir a Dios, no para que otros nos vean y reconozcan que lo hacemos bien y nos den premios ni mucho menos, sino hacerlo como siervos de Cristo de todo corazĂłn, no para agradar a la gente sino a Dios.

Para ministrar no necesariamente se necesita estar en la iglesia, podemos ministrar en todo lugar. ¿Como ministra una persona que canta? al adorar y hablarle a otros de Dios a travĂ©s de sus canciones.¿Como ministra un/a danzarĂ­n/a? al adorar a Dios y al hablarle a otros de Dios a travĂ©s de su danza. ¿Como ministra un ujier, adorando a Dios y sirviendo a la iglesia.

El ministerio es cualquier servicio que realizamos para Dios, en el marco de la Iglesia local, y de acuerdo a los dones o capacidades que Dios mismo nos ha dado. Ejemplos:
  • Enseñar niños en la Escuela Dominical.
  • Cuidar a los pequeños en la guarderĂ­a.
  • Preparar las cosas para el culto.
  • Presidir o llevar cualquier culto.
  • Coordinar la limpieza.
  • Practicar la hospitalidad hacia los que nos visitan.
  • Ayudar en la mĂşsica.
Todas estas actividades, si se realizan de corazón para el Señor tienen el mismo valor espiritual a los ojos de Dios, y son igual de importantes y necesarias. También conllevan una seria responsabilidad delante de Dios y delante del pueblo de Dios.